Las patas del toro negro golpean la tierra. Revolotear de capas. El caballo de ojos vendados recibe la cornada, sacude las patas delanteras en alto, cae destrip...
Las patas del toro negro golpean la tierra. Revolotear de capas. El caballo de ojos vendados recibe la cornada, sacude las patas delanteras en alto, cae destripado. El toro se pega a otro.
—¡Que viene! ¡Que viene!1
El picador es una indiaca en el aire. El vientre lacerado del caballo sube y baja con vida.
—¡Arriba!
Balanceando medio metro de intestino grueso, manchado de arena, el rocín baila sobre las piernas flojas. La banda, vestida de rojo, toca La bejarana.
Solo, Lagartito avanza. Despacio. El toro baja la cabeza delante del hombre azul que camina. Y salta como un autómata. La capa resbala sobre los cuernos.
—¡Ole!
Va y viene delante del hocico espumoso.
—¡Ole!
El torero es un trompo rozando la nuca peluda.
—¡Ole!
As patas do touro negro golpeiam a terra. Borboletear de capas. O cavalo de olhos vendados recebe a chifrada, sacode as patas dianteiras no alto, cai destripado. O touro cola-se contra outro.
— ¡Que viene! ¡Que viene!
O picador é uma peteca no ar. O ventre lacerado do cavalo sobe e desce com vida.
— ¡Arriba!
Balançando meio metro de intestino grosso, manchado de areia, a azêmola dança sobre as pernas moles. A banda, vestida de vermelho, toca La bejarana.
Só, Lagartito avança. Devagar. O touro abaixa a cabeça diante do homem azul que caminha. E pula como um autômato. A capa resvala sobre os chifres.
— ¡Ole!
Vai e vem diante do focinho espumante.
— ¡Ole!
O toureador é um pião roçando a nuca peluda.
— ¡Ole!
Se detiene delante del toro, mirada contra mirada.
—¡Ole!
Se arrodilla, agitando la capa.
—¡Ole!
El delirio levanta veinticinco mil entusiasmos. Las palmas sacuden el anfiteatro ondulante.
El primer par de banderillas dibuja un arabesco de sangre.
En el centro de la arena, Genesillo, manos en alto, golpea las puyas coloridas. Sobre las puntas de sus pies, avanza. Se estremece. Es un deleite. Se desliza. Es un sadismo. Se aproxima. Corre. Clava. Escapa.
El público es un torbellino de pie.
Con la espada bajo la capa, Lagartito vuelve. Se pega al toro. Los cuernos, después el toro, pasan por debajo de la tela extendida como un ala.
—¡Ole!
Dos cornadas rozan el brazo que no tiembla.
—¡Ole!
Para diante do touro, olhar contra olhar.
— ¡Ole!
Ajoelha-se, agitando a capa.
— ¡Ole!
O delírio levanta vinte e cinco mil entusiasmos. As palmas sacodem o anfiteatro ondeante.
O primeiro par de bandarilhas desenha um arabesco de sangue.
No centro da arena, Genesillo, mãos no alto, bate as farpas coloridas. Sobre o bico dos pés, avança. Freme. É uma volúpia. Desliza. É um sadismo. Aproxima-se. Corre. Espeta. Escapa.
A assistência é um turbilhão em pé.
Com a espada sob a capa, Lagartito volta. Cola-se ao touro. Os chifres, depois o touro, passam por baixo do pano estendido como uma asa.
— ¡Ole!
Duas marradas roçam o braço que não treme.
— ¡Ole!
El bulto azul se expone y se encoge. Sin alcanzarlo, el bulto negro se desorienta.
—¡Ole!
Rimbomba la aclamación.
—¡Mátalo! ¡Mátalo!
El silencio comienza con un toque de clarín. Jadea la emoción colectiva.
A tres pasos de la víctima rabiosa, torero y lámina son un ángulo recto que acecha. Un segundo. Dos. Tr… La espada blanca se sumerge hasta la mitad en la nuca arqueada. Reluce, temblando. En silencio, en el silencio, el toro cae delante del matador erguido.
Entre los berridos delirantes, pañuelos se agitan como gallardetes que saludan. Bastones, peines, mantillas y billeteras son el despojo del entusiasmo rodando por el suelo revuelto. Lagartito recibe una oreja del toro. Gana la otra. Gana la cola. Da dos vueltas por la arena, sombrero en alto.
—¡Viva! ¡Viva! ¡Viva!
La banda berrea la Canción del Toreador.
O vulto azul se expõe e se encolhe. Sem alcançá-lo, o vulto negro estonteia.
— ¡Ole!
Ribomba a aclamação.
— ¡Mátalo! ¡Mátalo!
O silêncio principia com um toque de clarim. Arqueja a emoção coletiva.
A três passos da vítima raivosa, toureador e lâmina são um ângulo reto que espreita. Um segundo. Dois. Tr... A espada branca mergulha por metade na nuca arqueada. Reluz, tremendo. Em silêncio, no silêncio, o touro tomba diante do matador ereto.
No berreiro desvairado, lenços se agitam como flâmulas que saúdam. Bengalas, pentes, mantilhas e carteiras são o despojo do entusiasmo rolando no chão revolto. Lagartito recebe uma orelha do touro. Ganha a outra. Ganha o rabo. Dá duas voltas pela arena, chapéu erguido.
— ¡Viva! ¡Viva! ¡Viva!
A banda berra a Canção do Toureador.
El toro n.º 44, color tierra seca, les muestra el rabo a las capas provocadoras. Contempla los caballos con ternura. Quiere jugar. Salta contento.
—¡Otro toro! ¡Otro toro! ¡Otro toro!
La indignación zumba silbidos. El abucheo sube como una inundación. Desborda en injurias. Mirando hacia la presidencia, los muchachos que gritan, las mujeres de puños levantados, los hombres de mirada asesina son una ola que se yergue, crece y echa espuma de cólera, a punto de reventar. La desesperación sacude pañuelos.
—¡Lástima de toro! ¡Hay que cambiarlo! ¡Otro toro! ¡Otro toro!
Dos toros apesumbrados entran, tañendo. El toro nº 44 sale pateado.
El caballo de vientre cosido se desploma en el suelo. El toro le quita a otro los arreos y las tripas. El tercero se tiende en la arena como una pelota de goma agujereada. La tierra se embriaga de sangre caliente.
—¡Mira qué toro, hombre! ¡Bravito y noble!
El animal vacía la arena. Queda solo, bufando.
—¡Qué valientes! ¡Qué valientes!
O touro n. 44, cor de terra seca, vira o rabo às capas provocadoras. Contempla os cavalos com ternura. Quer brincar. Salta contente.
— ¡Otro toro! ¡Otro toro! ¡Otro toro!
A indignação zune assobios. A vaia sobe como uma inundação. Transborda em injúrias. Voltados para a presidência de palheta, os meninos que urram, as mulheres de punhos levantados, os homens de olhar assassino são uma onda que se ergue, se avoluma e espuma de cólera para rebentar. O desespero sacode lenços.
— ¡Lástima de toro! ¡Hay que cambiarlo! ¡Otro toro! ¡Otro toro!
Dois bois macambúzios entram, badalando. O touro n. 44 sai pateado.
O cavalo de ventre costurado esborracha-se no chão. O touro tira de outro os arreios e as tripas. O terceiro se estende na arena como uma bola de borracha furada. A terra embebeda-se de sangue quente.
— ¡Mira qué toro, hombre! ¡Bravito y noble!
O animal esvazia a arena. Fica só, bufando.
— ¡Qué valientes! ¡Qué valientes!
La turba ríe.
Un peón de violeta avanza. El toro embiste. El peón dispara. El toro lo alcanza. El peón de violeta es recogido con la pierna izquierda rasgada.
Sobre los toreros el abucheo cae como una bofetada.
Genesillo se adelanta. Se acerca. Mueve la capa. La arrancada casi lo tira. La pateada también.
Las puyas de Lagartito caen marchitas. El berrido de las gradas es una larga explosión.
Genesillo clava la espada oblicuamente. Entera. La punta, fuera de la barriga del toro, derrama sangre. El toro continúa en pie. Toque de clarín. Otra estocada.
—¡Mal colocada!
El toro continúa en pie. Rabia de los chiflidos que silban. Toque de clarín. Buscando la médula, la lámina pica tres veces. El toro cae de rodillas como un penitente. Estridula el abucheo.
A assuada ri.
O capinha de roxo avança. O touro investe. O capinha de roxo dispara. O touro alcança-o. O capinha de roxo é recolhido com a perna esquerda rasgada.
Sobre os toureadores a vaia cai como uma bofetada.
Genesillo adianta-se. Chega perto. Balança a capa. A arrancada quase o derruba. A pateada também.
As farpas de Lagartito caem murchas. O berreiro das arquibancadas é um estouro longo.
Genesillo enfia a espada obliquamente. Inteira. A ponta, fora da barriga do touro, derrama sangue. O touro continua de pé. Toque de clarim. Outra estocada.
— ¡Mal colocada!
O touro continua de pé. Raiva dos assobios que silvam. Toque de clarim. Procurando a medula, a lâmina pica três vezes. O touro cai de joelhos como um penitente. Estridula a vaia.
El que tardó en morir da una vuelta junto al palenque, tirado por dos caballos que sacuden cascabeles. Bajo aclamaciones. El cuerpo manchado deja en la arena un círculo húmedo, rojo.
La banda retumba la Marcha triunfal de Aída.
Setiembre de 1925.
Traducido por María Noel Melgar
O que custou a morrer dá uma volta junto ao palanque, puxado por dois cavalos que sacodem guizos. Sob aclamações. O corpo malhado deixa na arena um círculo úmido, vermelho.
A banda estrondeia a Marcha triunfal da Aida.
Setembro de 1925.