La publicación de traducciones de crónicas de Pathé Baby por parte del equipo de Pontis continúa la idea de la revista de promover la circulación de autores relevantes para la cultura, aunque no sean aclamados por la crítica y no hayan sido traducidos con anterioridad. En el caso de Antônio Castilho de Alcântara Machado de Oliveira (1901-1935), conocido como Alcântara Machado, lo anterior se confirma de dos maneras. Por una parte, es un rescate de un autor clave del movimiento modernista brasilero, pero que no ha tenido la misma divulgación que Mário de Andrade u Oswald de Andrade; por otra, se eligen textos publicados en la prensa, que, en general, suelen ser menos traducidos.
Alcântara Machado publicó tres obras durante su corta vida, interrumpida poco antes de cumplir treinta y cinco años. En 1926 sale Pathé Baby, de la que se seleccionan las crónicas de esta edición; en 1927 Brás, Bexiga e Barra Funda; y, en 1928, Laranja da China. No obstante, al momento de publicar sus libros no era un desconocido, pues se había dedicado desde una edad temprana al periodismo en São Paulo, escribiendo crítica teatral. Alcântara Machado supo aprovechar las posibilidades que le proporcionaba el periódico. Como recuerda Alfredo Bosi, en su História concisa da literatura brasileira, colaboró con varios medios de prensa, algunos claves en la consolidación del Modernismo brasilero, como Terra Roxa e Outras Terras y Revista de Antropofagia (BOSI, 2006: 374). Es importante destacar que el propio cronista fue director de la Revista de Antropofagia a fines de los años 20.
Como señaló José Brito Broca, Pathé Baby marcó un momento de quiebre de la literatura brasilera, en la medida en que «desempeñó un papel importante en el Modernismo, tanto desde el punto de vista literario —por haber constituido la primera demostración de prosa modernista— como desde el punto de vista de la vida literaria —por haber marcado una posición nueva en nuestra manera de encarar Europa—»1 (BRITO BROCA, 1982: 57). Si bien Brito Broca deja de lado el libro Memórias Sentimentais de João Miramar (1924), de Oswald de Andrade, lo cierto es que advierte dos aspectos centrales de estas crónicas editadas en forma de libro, a saber, la experimentación sobre la prosa y la actitud irreverente con relación a lo europeo. Alfredo Bosi reafirma además el carácter innovador de la prosa de Alcântara Machado, que denomina «prosador del Modernismo paulista». A diferencia de Oswald y Mário, que, a su juicio, serían más poetas que otra cosa, Alcântara Machado sería el pionero en la prosa experimental, que Bosi liga por su carácter urbano a la ya preconfigurada por Lima Barreto (BOSI, 2006: 374). Esa visión de Bosi desconsidera la importancia de la prosa de Oswald y Mário, así como de otros prosadores experimentalistas del siglo XIX, entre ellos el mismo Machado de Assis, pero tiene el mérito de valorar la obra de Alcântara Machado en la historia de la prosa brasilera.
De todas formas, Alcântara Machado trabajaba con las posibilidades que ofrecía el periódico desde antes. Ahí vemos, por ejemplo, las crónicas que sirven de punto de partida a Brás, Bexiga
Notas
1 Este y otros pasajes citados de obras en portugués fueron traducidos a los efectos de este artículo y no se refieren a traducciones publicadas de las respectivas obras.
e Barra Funda, como «Gaetaninho», del 25 de enero de 1925, publicada en el Jornal do Comércio. Como en la segunda mitad del siglo XIX, el periódico fue el medio en el que se llevaron a cabo por primera vez ciertas operaciones, se testaron los límites de la lengua y las posibilidades que ofrecía.
No menos importante es la inserción de Alcântara Machado en la tradición cronística brasilera, fecunda desde, entre otras, las pioneras crónicas de José de Alencar (1829-1877). Como ejemplo, en la crónica publicada en el Correio Mercantil el 18 de noviembre de 1855, Alencar ya explora las posibilidades metatextuales del género, como se puede ver en el fragmento que sigue:
Esta vez estoy inspirado; voy a escribir un libro.
Si mal no recuerdo, ya les di a mis lectores un folletín-novela, un folletín-comedia, un folletín en viaje, un folletín-álbum.
Me faltaba, no obstante, darles un folletín-libro, y por eso quiero hoy realizar esta nueva transformación del Proteo de la prensa. (ALENCAR, 19-: 1)
Desde Alencar y Francisco Otaviano en adelante, la crónica brasilera, denominada en un comienzo «folletín» por el espacio físico del periódico en donde aparecía, fue complejizando sus dispositivos, con Machado de Assis como el cronista por
excelencia. La crónica amplió, además, la capacidad de dar cuenta del proceso modernizador sobre fines del siglo XIX. La rapidez en los cambios, la exaltación de la vida urbana son asunto incluso de crónicas del poeta parnasiano Olavo Bilac, quien escribía el 4 de octubre de 1894 en la Gazeta de Notícias:
¿Qué es esto? ¿Qué algazara es esta que hincha los aires, que sacude la ciudad, que me perfora los tímpanos? —¡Carne! —braman las esposas a los maridos, —¡Carne! —berran los maridos a los carniceros. —¡Carne! —rugen los carniceros a los matarifes, —¡Carne! —aúlla el pueblo a los intendentes… Y en las columnas de los periódicos, las cinco letras de esa palabra se estampan, altas y gruesas, apuñalando la vista, túrgidas de insistencia y de tinta de impresión. (DIMAS, 2006: 179)
En este último sentido, la obra de João do Rio, seudónimo de Paulo Barreto, es la que mejor realizará las preocupaciones del reportero moderno, que deja la redacción del periódico y busca retratar un mundo urbano en radical transformación, en su caso el de Rio de Janeiro. Una porción de ese oficio de reportero en la calle estará también en las crónicas de Pathé Baby, vertiginosas, y plagadas de ironía en pinceladas cortas, precisas. Por cierto, esta escritura, originada en los experimentos literarios posrománticos, es una tendencia internacional, y está presente en la producción de cronistas como Roberto Arlt, Salvador Novo o incluso el uruguayo-argentino Soiza Reilly, entre muchos otros.
Pathé Baby fue publicado en 1926, recogiendo crónicas que habían salido en el Jornal do Comércio el año anterior, durante el viaje de ocho meses de Alcântara Machado por Europa. Se trata de un libro de crónicas que sigue un recorrido por las principales ciudades de aquel continente. Los textos son breves y ricos en imágenes, que se desprenden de pocas frases sobre cada ciudad. Los fragmentos son cortos, numerados como si se tratara de instantáneas. La actitud con relación a Europa no es de fascinación, sino de irreverencia:
Hombres caricaturescos. Elegancia desopilante. No usan sombrero: usan melena. Formidable. El pelo forma nudos. Pantalones bolsas. Los trajes se detienen inesperadamente. Bastoncito en puño, los terribles con la mirada desnudan y palpan a las mujeres. Se reúnen en grupos, ríen y canturrean, gesticulan, berrean, escupen y chiflan. (ALCÂNTARA MACHADO, 1982: 87)
Esa sintaxis quebrada, que termina generando un ritmo fascinante por el Viejo Continente, fue destacada por Sérgio Buarque de Holanda en Terra Roxa el 6 de julio de 1926, al subrayar que se trataba de un «libro seco, casi todo de frases incisivas y cortantes como pasto bolita» (en LARA, 1982: 50). Esa ansia de dar
cuenta del ritmo del viaje de una forma casi visual fue, no obstante, criticada por algunos de sus contemporáneos y, como anota Lara, provocó reacciones encendidas en ciertos lectores, insatisfechos con el tono áspero de las entregas (LARA, 1982: 12).
Mientras Mário de Andrade escribía que el autor de Pathé Baby transmitía una «sensualidad llena de salud con la que encara la vida [y que] le da ese aire gustoso, gustador de las cosas feas también» (en LARA, 1982: 55), otros no hacían las mismas apreciaciones. Tal es el caso de una reseña sin firma publicada en el Correio Paulistano el 25 de febrero de 1926, en la que el reseñista se queja:
Es una pena que A. repita las imágenes a todo momento, creyendo que todos los caminos son rayones de lápiz, rayones de tiza, etc. Es una pena, también, que sus ojos solamente hayan fotografiado lo que las ciudades maravillosas de la civilización europea presentan de poco recomendable y de menos estético. En este sentido, todo el libro denota mal gusto. (En LARA, 1982: 51)
Otra era la opinión de Oswald de Andrade, quien, en el prólogo a Pathé Baby, titulado «Carta-oceano», condensaba telegráficamente su lectura al escribir: «gran literatura nuestra época es reportaje» (ANDRADE, 1982: 13).
Otros aspectos de las crónicas que se destacan: diálogos breves que localizan una acción cinematográfica, veloz, y parecen alimentar ese mismo ritmo, impulsándolo hacia adelante. Signos de exclamación, presencia de palabras extranjeras irrumpiendo en la crónica: todo contribuye a que Europa sea observada como si se tratara de una película proyectada por el sistema de cine francés pathé baby, inventado en 1922. Las ilustraciones contribuyen a ese efecto, pues comienzan retratando una banda completa, para poco a poco mostrar a los músicos saliendo de escena. Justo encima de la banda, hay una proyección de imágenes características de la ciudad.
Pathé Baby cierra con la referencia a la «Canção do exílio», de Gonçalves Dias, lo que puede leerse como una declaración de independencia literaria, sobre todo teniendo en cuenta el título de esta «declaración»:
«moralidade.
Nosso céo tem mais estrellas,
Nossas varzeas tem mais flôres,
Nossos bosques tem mais vida,
Nossa vida mais amores.
A.Gonçalves Dias
Canção do Exilio
fim»
No siempre la crónica pasa del periódico al volumen impreso. En este caso, estamos frente a textos que fueron recogidos en formato libro al año siguiente, con varias adecuaciones y modificaciones introducidas por Alcântara Machado. Pocos meses después de volver de Europa, el cronista ya las estaba reescribiendo, ampliando y organizando para una publicación en libro con prólogo, como ya mencionamos, de Oswald de Andrade e ilustraciones de Antônio Paim Vieira (1895-1988). La recepción del libro fue positiva —hay menciones de que se agotó con rapidez—, pero no fue hasta 1982 que el libro fue reeditado por Cecília de Lara, autora del libro también citado aquí Comentários e notas à edição fac-similar de 1982 de Pathé Baby (1982). El Pathé Baby de 1982 realiza actualizaciones ortográficas, pero reproduce el diseño de la edición original, incluyendo las ilustraciones de Paim que abren la crónica sobre cada nueva ciudad.
Como observa Lara en los Comentários, el «montaje gráfico-cinematográfico» (LARA, 1982: 14) del pasaje al libro introduce elementos que no estaban presentes en las crónicas en el periódico. Alcântara Machado escribe partes adicionales a las crónicas, suma textos nuevos, algunos reservados desde antes para la eventual publicación en libro, altera el orden de las ciudades y se preocupa por diferenciar cada capítulo, numerándolos y colocando espacios en blanco antes y después, como si se tratara del comienzo de una nueva película. Lara nota que ya había diferencias en la ortografía entre la edición en periódico y en libro de 1925 y 1926, con la edición en libro más moderna y homogénea, lo que le lleva a afirmar que el cronista «tenía una postura definida ante el asunto y siguió un modelo coherente» (LARA, 1982: 27). Así, el libro adhería a la simplificación ortográfica con base fonológica, siguiendo a Gonçalves Viana (LARA, 1982: 28).
Tal como las crónicas experimentaron cambios en el pasaje del periódico al libro, y luego a las reediciones, son hoy presentadas de una nueva forma en la edición de Pontis: traducidas al español y en formato digital. Cabe recordar que el gesto de rescate fue precedido por la publicación en formato libro de la traducción francesa de Pathé Baby en 2013. Ya sea en periódico, en libro, en portugués, francés o en español, estamos frente a necesarias relecturas de textos que adquieren vida renovada en nuestro presente.
ANDRADE, Oswald de. «Carta-oceano». En ALCÂNTARA MACHADO, Antônio de. Pathe-Baby. São Paulo: IMESP/DAESP, 1982, pp. 11-13.
ALCÂNTARA MACHADO, Antonio de. Novelas paulistanas: Brás, Bexiga e Barra Funda, Laranja-da-China, Mana Maria, Contos avulsos. Rio de Janeiro: José Olympio, 1961.
__________. Pathe-Baby. São Paulo: IMESP/DAESP, 1982.
__________. Pathé-Baby. Traducción de Antoine Chareyre. Paris: Petra, 2013.
ALENCAR, José de. Ao correr da pena. São Paulo: Edigraf, [19- ].
BOSI, Alfredo. História concisa da literatura brasileira. São Paulo: Cultrix, 2006.
DIMAS, Antonio. Bilac, o Jornalista. Crônicas. Vol. 1. São Paulo: EDUSP/Editora Unicamp/Imprensa Oficial, 2006.
LARA, Cecilia de. Comentarios e notas à edição fac-similar de Pathe-Baby, de Antonio de Alcântara Machado. São Paulo: IMESP/DAESP, 1982.
Rosario Lázaro Igoa / Walter Carlos Costa
Rosario Lázaro Igoa es traductora literaria, escritora y periodista free lance. Es doctora y magíster en Estudios de la Traducción por la Universidade Federal de Santa Catarina, posee un Diploma de Especialización en Traducción Literaria de Idioma Inglés por la Universidad de la República y es licenciada en Ciencias de la Comunicación por la misma universidad.
Walter Carlos Costa estudió Filología Románica en la Katholieke Universiteit Leuven, Bélgica, posee un doctorado sobre las traducciones de Borges al inglés en la University of Birmingham, Reino Unido, y un posdoctorado en la Universidade Federal de Minas Gerais. Es profesor del Departamento de Lengua y Literatura Extranjeras de la Universidade Federal de Santa Catarina. Actualmente realiza una colaboración técnica en el Departamento de Letras Extranjeras de la Universidade Federal do Ceará.