El enorme flujo de información en las sociedades contemporáneas ha dejado claros los incontables conflictos y situaciones de impacto estampados en la prensa cotidiana, con la reorganización de tensiones globales constantemente señaladas en microcosmos locales. En dicho contexto, los contactos entre culturas se han vuelto más estrechos, las distancias supuestamente se han reducido, facilitando así flujos migratorios, impulsados por las nuevas redes virtuales de comunicación. Dentro de los paisajes culturales del presente, marcados por contradicciones y conflictos, se hace urgente la presencia incisiva de las reflexiones provenientes del campo de las Humanidades y, en especial, la producción de nuevos saberes comparatistas para pensar cuestiones que den cuenta de la mediación de lenguas y culturas puestas en relación de formas muchas veces inmediatistas, involuntarias, y en conflicto con poderes hegemónicos, generando exilios también involuntarios.
¿Será tan simple todo o estaremos delante de uno de los puntos críticos de la contemporaneidad, frente a los que se imponen métodos innovadores de abordaje teórico que traducen adecuadamente tales procesos transculturales? ¿Métodos que examinan las relaciones entre lengua(s)/cultura(s) y poder a lo largo de las fronteras culturales y revelan el papel vital de la traducción en la redefinición de los significados de cultura e identidad étnica?
En nuestro campo de investigación específico, nos hemos dedicado desde hace años al estudio de los procesos migratorios y de exilio involuntario de los pueblos africanos y afrodescendientes en las Américas, más específicamente en Estados Unidos y en Brasil, por los procesos de esclavitud generados por el colonialismo en la historia de Occidente. El Afrobrasil ha sido uno de los puntos sobre los cuales, en los últimos tiempos, los rumbos de investigación nos llevaron a reflexionar con mayor rigor y objetividad, analizando esa realidad y observando cómo ha sido «traducirla» a otros espacios geográficos. ¿Cómo se han manifestado las culturas afrodescendientes en la literatura en Brasil? ¿Hasta qué punto fueron abandonadas las lenguas y culturas de las tierras natales, los diferentes espacios de África de donde vinieron los pueblos afrodescendientes a Brasil en la condición de esclavos? Hoy, en el caso de las narrativas de origen afro, más específicamente las afroamericanas y las afrobrasileñas, se presentan diferentes puntos de reflexión, tanto por la intersección como por el distanciamiento. Con el fin de enfrentar problemas suscitados por los Estudios de la Traducción Intercultural, cabe siempre tener en
Notas
1 Texto publicado originalmente, con pequeñas modificaciones, en Cadernos de Letras da UFF, n.º 48, 1.er sem. 2014, pp. 73-90.
cuenta una perspectiva interdisciplinaria. No podemos hablar de África y de la diáspora africana sin mencionar el papel decisivo que la traducción tiene en esta realidad, ya sea por la visibilidad o por la invisibilidad. Ya sea por las revelaciones identitarias de allí resultantes. Lo fundamental es tener en claro las redes de poder que, más que nunca, se involucran allí y recordar que las relaciones entre lengua y poder a lo largo de las fronteras culturales revelan, como ya adelantamos, el papel decisivo de la traducción en la redefinición de significados de cultura e identidad étnica.
Citando al teórico Edwin Gentzler, de la Universidad de Massachusetts, Amherst, en Estados Unidos, centro de referencia en el área de Estudios de la Traducción, en su obra de 2008, reafirmamos que la historia de la traducción en las Américas es en realidad la historia de la formación de la identidad y ha tenido un papel relevante en el propio diseño y configuración del continente: para sobrevivir, los que aquí llegaban estaban obligados a «aceptar» hasta cierto punto la lengua/cultura del colonizador. Y, proseguimos: ¿cómo ha sido «traducir» la experiencia «afrobrasileña» al exterior? ¿Cómo se ha dado esa mediación de culturas? En este sentido, nuestra trayectoria de investigación, de participación en congresos, conferencias y cursos de Literatura y Cultura Afrobrasileña fuera de Brasil en los últimos años —más específicamente en países de lengua inglesa— nos impulsó a analizar cómo se traduce la negritud —o «el ser negro»— en diferentes contextos y espacios geográficos. La observación clara de que tales cuestiones son mucho más amplias y profundas de lo que parecen nos lleva al estudio de nuevos aspectos y a un interesante esquema que relaciona los Estudios de la Traducción, los afrodescendientes y la construcción de identidades en diferentes espacios geopolíticos, por ejemplo: ¿cómo ciertos textos se vuelven fundamentales para la comprensión cultural a partir de las fronteras lingüísticas?
¿Cuál es el papel que ocupa la traducción en los procesos de construcción identitaria colonial y poscolonial? ¿Somos conscientes del sesgo político de dichas acciones traductoras? ¿De qué forma puede la gran área de las Humanidades contribuir al avance de tales cuestiones?
Buscando caminos
Preguntas como estas y tantas otras no son más que reflejos de un área que crece más allá de las fronteras restringidas hasta hace muy poco tiempo. Muchas veces considerados como parte única e inequívoca de los Estudios Lingüísticos, los Estudios de la Traducción, en especial a partir de 1980, con nombres como los de Susan Bassnett (2003) y Lawrence Venuti (1995), comenzaron a ganar terreno en el campo de la Literatura, no solo desde la óptica de la conocida «traducción literaria», sino también desde una perspectiva mucho mayor que reflejaba el impulso dado por los Estudios Culturales, Poscoloniales y de Género que, en el campo de la Literatura Comparada, en términos europeos, por ejemplo, al final de la segunda mitad del siglo XX, ponía su mirada en otras culturas y literaturas que no eran las del continente.
Siempre desmitificando y llamando la atención sobre la forma equivocada en que las personas legas en traducción consideran el proceso traductor, como una tarea simple y fácil, Bassnett (2003) subraya que traducir es un proceso complejo, que involucra análisis, elecciones y tomas de decisiones. En lo que se refiere a textos cargados de aspectos históricos y culturales, aumentan los cuidados y la cautela frente a las elecciones, y el campo de estudio expone claramente sus cuestionamientos, demuestra sus dudas y ambigüedades. En la contemporaneidad, la constatación mucho más del choque que del encuentro entre dos o más lenguas y culturas en diferentes espacios geopolíticos genera,
de inmediato, puntos de reflexión para el investigador interesado en ese nuevo campo de los Estudios de la Traducción.
El mencionado cambio de foco en los Estudios de la Traducción quedó claro y explícito con la publicación en 2005 de The Translation Zone: A New Comparative Literature, de Emily Apter, donde la propuesta de la ruptura de antiguas barreras es clara y la apertura de nuevos campos para la Literatura Comparada, propuesta de manera directa. Tomando el 11 de setiembre de 2001 como un mojón, demuestra que, entonces, la traducción pasa a ser un instrumento de guerra o paz, resalta el papel del traductor como mediador de culturas, las tensiones entre traducción textual y cultural, el papel de la traducción en el diseño de un canon literario global y la resistencia a la dominación anglófona.
En varias obras traducidas de las literaturas de matriz africana al portugués de Brasil, los investigadores señalan la traducción no como una simple posible reproducción en otra lengua de un texto original, sino como un proceso que invariablemente involucra actos deliberados de selección, construcción y omisión. Sí, omisión, porque aquello que no se traduce en un contexto específico es siempre tan revelador como aquello que sí se traduce. Es decir, silencios y fallas en textos traducidos —así como la no traducción (o, también llamada, traducción cero) de textos enteros— son aspectos fundamentales y reveladores de la política de traducción en contextos culturales específicos.
También es interesante pensar cómo las omisiones, introducciones y notas al pie informales pueden afectar la comprensión en la lengua meta. ¿Estos elementos son herramientas que ayudan al lector de la traducción a acercarse a la experiencia original? ¿O son paliativos que el traductor encuentra como solución a obstáculos enfrentados durante el proceso de traducción? Cuando son
abundantes, ¿no llegan a dificultar el propio proceso de lectura? No es posible negar que el uso de esos artificios es una práctica bastante extendida cuando hablamos de traducciones. Hay traductores que prefieren insertar una breve explicación en la frase o párrafo, en vez de utilizar notas al pie; y están aquellos que prefieren las notas al pie, como forma de acercarse más al original. Esto demuestra la activa participación del traductor en el proceso de acercar al lector de la lengua meta a la experiencia que los lectores del original vivenciaron.
De una forma u otra, el proceso de traducción es algo inextricablemente relacionado con cuestiones de dominación cultural, asertividad y resistencia, en síntesis, con cuestiones de poder. No son pocos los ejemplos a lo largo de la historia que dan cuenta de traductores que, en actos de resistencia, lograron burlar gobiernos, iglesias, editoriales y otras instancias de poder, y usaron la traducción para introducir nuevas ideas y formas de expresión.
En ese sentido, es imposible no retomar el original posicionamiento de Gentzler (2008), al mostrar que la traducción es uno de los medios primarios de construcción de culturas en varios ambientes poscoloniales. Este autor defiende que en las Américas se trata no tanto de algo que ocurre entre culturas separadas y distintas, sino principalmente de algo capaz de ser decisivo en el establecimiento de esas mismas culturas. Trabajando con una variedad de textos y refiriéndose constantemente a grupos minoritarios y oprimidos, su obra refuerza, a través de ejemplos, el papel cultural que las políticas de traducción pueden desempeñar en un proceso discriminatorio, citando como algunas de sus consecuencias la marginación social, la pérdida de identidad y el trauma psicológico. En este sentido, repensar el pasado de las Américas significa revaluar patrones de uso lingüístico —y Gentzler (2008), en su conclusión, reafirma la
sólida convicción de que la historia de la traducción en las Américas es, en realidad, la historia de la formación de la identidad—, algo arraigado en la psiquis de sus millones de habitantes. En este aspecto, la esclavitud, en cuanto actividad migratoria forzada con fines de mercado que tienen por objetivo el lucro de terceros, se encaja claramente en ese cuadro teórico que echa luz sobre las reflexiones acerca del proceso de traducción actualmente en estudio.
Al demostrar que las Américas son un terreno extremadamente fértil, y aún no explorado, para el campo de los Estudios de la Traducción desde la óptica contemporánea, Gentzler (2008) contribuye, con una construcción reflexiva y teórica multidisciplinaria, a los movimientos actualmente en desarrollo que vienen visibilizando y trabajando el rescate de la historia multilingüística de las Américas, evidenciando la dura realidad ocultada por tanto tiempo de los relatos de conflicto y supresión lingüística en todo el continente. Hoy existe una conciencia creciente tanto del expresivo número de lenguas nativas que fueron reprimidas y exterminadas durante los procesos de colonización como de la sucesión de generaciones de familias de esclavos venidos de África obligados a renunciar a sus lenguas de origen, así como del número de inmigrantes forzados a hablar sus lenguas en secreto bajo pena de sanción severa en escuelas o lugares de trabajo.
Avanzando en nuestro tema, llegamos a otros cuestionamientos: ¿cuál es el papel de la traducción en el relato de conflictos en espacios con diferencias lingüísticas y culturales? ¿Cómo se da la «traducción intercultural» entre metrópolis y diásporas o, incluso, entre diásporas? ¿Cómo se ha tratado el papel del traductor (y del intérprete) como agentes-intermediarios-avalistas culturales en un mundo transnacional? ¿Cómo se establecen allí las relaciones interculturales, y sus consecuentes impactos políticos, considerando, claro, la necesidad de traducir lo
viejo y lo nuevo? ¿De qué forma se establecen las traducciones literarias? ¿Desafían y enfrentan la diferencia cultural o solo la refuerzan? Y si así fuera, ¿de qué forma? ¿Con qué estrategias los medios de comunicación transnacionales facilitan o desalientan la comprensión intercultural? ¿Cuáles serían algunas de las dimensiones políticas e ideológicas de la traducción? En el mundo pos 11 de setiembre de 2001, ¿cómo se ha dado la traducción entre Occidente y Oriente? ¿De qué forma puede la gran área de las Humanidades contribuir al avance de tales cuestiones? Y, para finalizar esta serie de cuestionamientos: ¿cómo se posicionan los Estudios Literarios dentro de ese panorama (incluidas las discusiones sobre el canon y las relaciones poscoloniales, o incluso, pos-poscoloniales, como quieren algunos críticos británicos)? ¿Cómo se configuran, desde tal perspectiva, las relaciones transnacionales? Algunas de estas cuestiones estuvieron presentes en la agenda de la 3rd Conference of the International Association for Translation and Intercultural Studies (IATIS), celebrada en 2009 en Melbourne, Australia. Se trata de la asociación internacional que se dedica a discutir asuntos como mediación, conflicto, traducción y cultura en el mundo contemporáneo.
Sea como sea, tales preguntas avanzan sobre la percepción de conclusiones de cuestiones relevantes, en los campos de los Estudios de la Traducción y de la Literatura Comparada, en lo que refiere a la configuración de la imagen del otro en sus manifestaciones étnicas y de género. Son incontables los caminos que se abren hoy para alumnos, profesores e investigadores del área de Letras, especialmente para aquellos que, de una forma u otra, buscan una repercusión más concreta en la realidad a través de la literatura. Considerando, al igual que Tymoczko (2010), la traducción como resistencia y activismo, queda clara la formulación de que la traducción de, por ejemplo, textos contemporáneos relevantes tantas veces hechos invisibles, a través del enfrentamiento de los
descubrimientos y utopías del mundo lusófono, constituye un bello y fértil campo de trabajo.
A partir de estas premisas, pasamos a citar en el mundo de la diáspora africana dos ejemplos de transposiciones culturales por los movimientos migratorios, en lo que refiere a Afroamérica, nuestro objeto de estudio junto con el Afrobrasil. Con relación a la primera, en la época de los movimientos modernistas, a comienzos del siglo XX, particularmente en la época del movimiento de Harlem Renaissance, así como en la de los movimientos de descolonización, los traductores fueron fundamentales para la transferencia y circulación de las ideas de la negritud entre África, Europa y Estados Unidos, para la actividad mediadora entre Occidente y las lenguas y culturas africanas. Por ejemplo: en lo que respecta a las poblaciones afroamericanas, de diversas maneras, tuvo un papel decisivo en la incorporación de pensamientos de los intelectuales franceses en Estados Unidos la figura particularmente expresiva de Léon-Gontran Damas. Es bueno recordar que, dialécticamente, al mismo tiempo que la traducción provoca cambios y posibilidades de integración, también posee de forma inherente un enorme potencial de promoción de conflictos socioculturales, ideológicos y políticos.
Con relación al Afrobrasil, en lo concerniente a las transposiciones culturales de diferentes órdenes, cabe recordar el impacto y la inmediata consecuencia cultural de relevancia del contacto establecido por Abdias do Nascimento con la traducción de la obra Emperor Jones de Eugene O’Neill (publicado en 1969 por Penguin Book), en un teatro en Lima, Perú, en 1941. La constatación de que «el drama de Brutus Jones (personaje principal de la pieza) es el dilema, el dolor, las heridas existenciales de la persona de origen africana en la sociedad racista de las Américas» (Nascimento, 2004: 209) llevaría a Abdias, de vuelta en Brasil, a fundar el TEN (Teatro Experimental del Negro), que tendría un papel fundamental en toda
la discusión identitaria negra en Brasil, en una reflexión más amplia que se desplegaría más tarde, incluso en textos relacionados con las ideas de Paul Gilroy y su Atlântico Negro, de 1993. En el caso específico en discusión, el de las traducciones de obras de afrodescendientes en Brasil y en Estados Unidos, al margen de las cuestiones que implican hegemonía, relaciones de poder y consecuente exclusión, hay otras fundamentales para señalar: ¿qué se entiende por traducción? ¿De qué manera esta configura la producción literaria y la transposición cultural? ¿Por qué la traducción es todavía tan invisible en el campo de los Estudios Culturales y Literarios? ¿De qué forma la memoria cultural oficial contribuye a la configuración de la traducción?
Partiendo de estos enfoques, buscando respuestas que signifiquen avances en la investigación científica en el área, está siempre claro en nuestro trabajo de investigación relativo a los pueblos afrodescendientes que este siempre apunta a la oscilación entre la cultura de herencia africana y la impuesta por el colonialismo. La revisión de literatura de teóricos francófonos del poscolonialismo nos lleva a incontables ejemplos, tales como los pensadores francófonos Césaire, Senghor, Damas, que trabajan con tal oscilación e incentivan a los negros a darle una nueva mirada a su herencia africana. En este sentido, las diversas manifestaciones de las poblaciones afrodescendientes en diferentes lugares del mundo han mostrado su diferencia y sus orígenes en contextos primordialmente blancos, llevando a que, junto con otras presiones, la cuestión de la identidad nacional y de la supuesta centralidad cultural de Occidente sea abiertamente discutida.
Así, después de presentados los elementos que contribuyen con la vertiente cultural, retomamos nuevas preguntas que guían el presente artículo, en lo que refiere a la traducción de obras de la diáspora africana: qué relaciones de poder
interfieren en la elección de textos a ser traducidos;
cómo diferentes culturas construyen la imagen de escritores, textos y culturas a partir de las traducciones; cuál es el papel de las traducciones en la construcción de los cánones literarios; cómo ciertos textos se vuelven fundamentales para la comprensión cultural a partir de las fronteras lingüísticas.
Esto nos lleva a pensar sobre el papel de la traducción como estrategia primaria de la representación cultural en el mundo globalizado de hoy, y a abordar, a partir de ahí, cuestiones como la imagen del otro a través de la traducción; la hegemonía cultural y la globalización; la traducción y la pérdida o la emergencia de cánones literarios; la diversidad cultural y las llamadas minorías.
En cuanto a la producción afrobrasileña, poco a poco, novelas, cuentos y poemas son traducidos al inglés; sin embargo, en la mayoría de los casos, queda manifiesta la ausencia de la investigación específica en el área que pueda dar cuenta de cuestiones teóricas que necesariamente surgen y son visibles a lo largo del proceso. Siendo así, textos de la literatura brasileña, posicionados al margen del canon, obras del concepto en construcción «literatura afrobrasileña», son sometidas a filtros específicos y cuestionadas por constituir un poder inherente a sectores de la sociedad que no puede ser ignorado.
En la contemporaneidad, tales procesos transculturales que no se dejan eliminar adquieren particular fuerza cuando alcanzan diálogos con procesos semejantes en diferentes espacios geográficos a través de su reexpresión en nuevos códigos lingüísticos.
Es dentro de este enfoque que estudios sobre memoria colectiva y trauma ganan espacio bajo diversos modos de discusión. Como uno de los puntos de referencia en Brasil, tenemos la novela Quarto de despejo (de 1960, publicada en 1997 por Ática), de Carolina Maria de Jesus, escritora oriunda de un sector socialmente marginado. Desde la óptica de Said (1994) en Cultura e Imperialismo; de Tymoczko y Gentzler (2002), en la obra que organizaron, Translation and Power; e incluso de Bassnett y Trivedi (2003), en su obra Post-Colonial Translation – Theory and Practice, existen relevantes contribuciones para la reflexión sobre esta literatura que surgen por parte de aquellos que siempre fueron oprimidos y que nos conducen a explanaciones sobre el caso brasileño. Al traer dentro de sí el pasado —con cicatrices dolorosas de graves heridas— autores y autoras adquieren voz propia y, a través de estrategias renovadas, parten hacia textos actualizados en los que exponen la representación transcultural en muestras específicas que comienzan a actuar en red en una sociedad denominada global. Conceição Evaristo en Ponciá Vicêncio, de 2003 (traducido al inglés en 2007), y en Becos da Memória, de 2006, sigue el camino de De Jesus, no obstante, con una ruta propia.
A partir de la dicotomía siempre establecida entre culturas locales y globalizada, el análisis de las formas mediante las cuales esas culturas se interrelacionan frente a un mundo «sin fronteras» y en un momento en que las identidades se vuelven cada vez más fluidas y heterogéneas siempre presenta puntos significativos para el debate dentro del área en estudio.
Cuestiones de traducción intercultural: traduciendo la negritud
Dando continuidad a la investigación en torno a la literatura afroamericana, iniciada a comienzos de los años noventa y a partir de aspectos desarrollados y
resultados obtenidos en varios proyectos de investigación subsiguientes, nos hemos dedicado en los últimos años a estudiar un campo nuevo dentro de los Estudios Literarios y de Traducción, basándonos en la traducción de textos de la literatura afroamericana al portugués de Brasil y del portugués de Brasil al inglés. Al proponer un análisis sistémico de cómo la negritud —o «el ser negro»— se traduce en diferentes contextos y espacios geográficos, hemos observado fundamentalmente aspectos de formación cultural, relaciones de poder, procesos de construcción de identidad colonial y poscolonial, el surgimiento de cánones literarios, hegemonía cultural y globalización, desmitificando espacios y mostrando la traducción como actividad que ocurre no en un espacio neutro, sino en situaciones sociales y políticas concretas.
De esta forma, ha quedado claro que procesos de traducción como los citados no se dan de forma simple. Al contrario, en la medida en que ocurren en espacios geopolíticos bastante diversos, donde los públicos fuente y meta/receptor poseen imaginarios culturales bastante diferentes de lo que es «ser negro», la traducción de textos literarios presenta obstáculos bastante específicos a vencer, ya sea por medio de una buena preparación previa del traductor, ya sea por medio de una consistente y objetiva introducción en el volumen que será publicado con la traducción y que guíe al lector en aspectos fundamentales de la obra traducida.
Además de las dificultades citadas, existen a su vez, en el campo de la cultura, los desafíos lingüísticos, por los que tantas veces también se hacen sentir las marcas del racismo. En un país con casi 51 % de su población autodeclarada parda (43,1 % = 82 millones de personas) o negra (7,6 % = 15 millones de personas), según el
censo de 2010, no son claras, sin embargo, las marcas de la africanidad en el portugués de Brasil, tal como se constata en las gramáticas canónicas actualmente. En términos de estudios lingüísticos, se avanza, también aquí, de a poco: recién a partir del final del siglo XX, se inician tales estudios, siendo fundamental en este punto citar el trabajo orgánico de investigación del profesor de la Universidade Federal da Bahia, Dante Lucchesi, así como la obra que organizó, titulada O Português Afro-Brasileiro (2009).
Al traductor de textos afrodescendientes enfocado en las cuestiones hasta aquí tratadas en este texto, cabe recordar a otro importante investigador del área, el profesor Marcos Bagno, de la Universidade de Brasília, de quien citamos aquí un texto explicativo:
De hecho, cuando comparamos la situación de los negros esclavos en Brasil y, por ejemplo, en Estados Unidos, las diferencias quedan bastante claras. En Estados Unidos, la profunda y duradera segregación racial, que permaneció amparada por la legislación hasta la década de 1960, y la virtual inexistencia del mestizaje —resultante de, entre otras cosas, la criminalización de las relaciones interraciales por leyes que estuvieron vigentes también hasta 1967—, hicieron surgir una lengua característica de los guetos urbanos de las grandes ciudades estadounidenses, lengua que fue denominada BEV (Black English Vernacular), actualmente designada en la literatura sociolingüística como AAVE (Afro-American Vernacular English) y que fue bautizada como Ebonics (derivado de ebony, ‘ébano’) por intelectuales negros en la década de 1970. A diferencia de los Estados Unidos, no se puede decir que en Brasil exista un «portugués de
los negros»: lo que existe es una polarización, resultante de la profunda discriminación social que ha caracterizado a nuestra sociedad, entre la lengua de los sectores más pobres —la mayoría de nuestra población, compuesta de blancos y, esencialmente, de no blancos— y la lengua de los sectores más ricos —esencialmente blancos—. Las variedades lingüísticas más estigmatizadas en nuestra sociedad son habladas por negros, indios, mestizos y blancos con menor acceso a la escolarización, al trabajo y al salario. Aunque, en el plano social, Brasil sea un país impregnado de racismo, en el plano lingüístico las diferencias que separan las variedades urbanas privilegiadas de las demás, estigmatizadas, son de orden socioeconómico: la gramática de los negros pobres y de los blancos pobres es la misma (Bagno, 2013: 4).
La cita de Bagno también es bastante clarificadora para la comprensión de elecciones realizadas en traducciones que se alejan completamente del original, como es el caso de la traducción de la obra maestra de la escritora afroamericana Zora Neale Hurston (1891-1960), Their eyes were watching God (1999). En Zora Neale Hurston And Their Eyes Were Watching God: The Construction of an African-American Female Identity and the Translation Turn in Brazilian Portuguese, de Rodrigo Alva y de mi autoría (2010), como su orientadora de maestría, exploramos la traducción al portugués de Brasil de la novela escrita en 1937. La obra es considerada un clásico de la literatura negra y una de las mejores obras de ficción de ese período, aunque Hurston no haya sido reconocida en su época. Es un tributo a la autoafirmación, a la feminidad negra y a su búsqueda de identidad, un proceso observado a través del discurso.
En nuestra obra, luego de analizar detalles de la traducción de la novela de Hurston, titulada en portugués Seus Olhos viam Deus, trabajamos con una tabla experimental de criterios para realizar el análisis de la traducción, que tomó en cuenta muchos de los puntos que ya mencionamos aquí de forma más concreta. En otras palabras: la autora del original, Zora Neale Hurston, poseía como una de sus características peculiares el hábito de transcribir los diálogos en sus obras como una representación de la tradición afroamericana oral. Escritora, antropóloga, folclorista, discípula de Franz Boas, Hurston era brillante. En la novela, buscaba reproducir los discursos de la forma exacta en que los personajes los enunciaban. Como ejemplo, citamos el primer diálogo de la obra, donde se lee: «What dat ole forty year ole “oman doin” wid her hair swingin’ down her back lak some young gal?» (Hurston, 1999: 2), en vez de: «What is that old forty year old woman doing with her hair swinging down her back like some young girl?».
Lo que para algunos podría ser visto como una aparente caracterización simplista, en verdad, comprendía cuestiones extremadamente densas, tales como poder, cultura y origen étnico. Se trata de una forma de discurso oral utilizada por los afroamericanos y posee sus orígenes en el pasado de la esclavitud y en la opresión sufrida por sus ancestros. La lengua se fortaleció como una manera de caracterizar un grupo étnico, tanto por el opresor blanco como por la comunidad afroamericana. Para el primero, era una manera de imponer su poder dominador, considerando que el «dialecto» se alejaba del inglés estándar, lo que aparentemente lo volvía menos «importante». Para el segundo, era una manera de reforzar otra característica étnica más, de valorizar su cultura y, al mismo tiempo, subvertir el poder dominante blanco.
Lo que para algunos podría ser visto como una aparente caracterización simplista, en verdad, comprendía cuestiones extremadamente densas, tales como poder, cultura y origen étnico. Se trata de una forma de discurso oral utilizada por los afroamericanos y posee sus orígenes en el pasado de la esclavitud y en la opresión sufrida por sus ancestros. La lengua se fortaleció como una manera de caracterizar un grupo étnico, tanto por el opresor blanco como por la comunidad afroamericana. Para el primero, era una manera de imponer su poder dominador, considerando que el «dialecto» se alejaba del inglés estándar, lo que aparentemente lo volvía menos «importante». Para el segundo, era una manera de reforzar otra característica étnica más, de valorizar su cultura y, al mismo tiempo, subvertir el poder dominante blanco.
Un punto importante de discusión en nuestra obra fue cuán satisfactoriamente esa transposición de la oralidad, que es tan representativa de los afroamericanos en inglés, fue caracterizada en el portugués de Brasil. Sí, porque no se puede olvidar que la lengua hablada por los negros en Brasil varía de región a región, de estado a estado. Así, la idea fue intentar entender qué elementos y conceptos fueron tenidos en cuenta para poder decidir cómo reproducir los diálogos originales, las elecciones que el traductor hizo y lo que consideró importante para que la oralidad en la lengua traducida pudiese también representar un segmento equivalente del texto original.
En realidad, volvemos al punto mencionado por nosotros anteriormente: para nuestra frustración, observamos que la opción del traductor fue trasladar los profusos diálogos del inglés a una variedad del portugués propia de las clases menos favorecidas, sin ninguna nota al lector, ninguna aclaración sobre la autora,
su obra o su trayectoria activista. O sea, prevalecieron las visiones raciales del traductor, que serían transmitidas a sus lectores, a la vez que se perdió cualquier perspectiva literaria original de la obra maestra de Zora Neale Hurston. Mediante esa traducción, el tránsito de la negritud en el espacio geopolítico Estados Unidos-Brasil, la visión de la obra transmitida a los lectores brasileños se dio de forma absolutamente equivocada, sumándole poco al lector brasileño común sobre la riqueza cultural inherente al trabajo literario en cuestión. Como afirman André Lefevere y Susan Bassnett (1990: 9-10), la literatura comúnmente alcanza al público general a través de imágenes construidas por sus traducciones o, incluso, por antologías, que hacen recortes y selecciones, y textos críticos, que presentan lecturas de los textos literarios. De esta manera, lo que causa mayor impacto en los miembros de una cultura es la «imagen» de un texto literario, y no su «realidad», o el texto entendido como sacrosanto por estudiosos de la literatura.
Como muestra de otro ejemplo de los desafíos de traducir la negritud y de la discusión teórica sobre tales aspectos, cabe citar también la obra de Lauro Maia Amorim (2010), Translation, Blackness, and The (In)Visible – Harryette Mullen’s Poetry in Brazilian Portuguese. La afroamericana Harryette Mullen es poetisa, cuentista y dueña de un amplio conocimiento literario. Nacida en 1953, es actualmente profesora asociada de Literatura Afroamericana, Poesía y Creación Literaria en el Departamento de Inglés de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA). En su obra innova y se debate en regocijo con las palabras, creando textos de múltiples significados y trabajando tópicos tales como la globalización, el consumismo, la cultura de masas y la política de identidades, lo que resulta en una obra de difícil decodificación para estadounidenses y aun de mayor dificultad y desafío para un traductor que quiera transponerla a una lengua extranjera.
En su esfuerzo —con clara conciencia de las diversidades y tensiones a enfrentar— por traducir poemas de Mullen para un público brasileño, Amorim pone sobre el tapete presupuestos cotidianos, silenciosos, sin embargo divergentes, con relación al imaginario de estadounidenses y brasileños acerca de los afrodescendientes. En realidad, saca a la luz problemas intrigantes vinculados con la relación entre la literatura y la negritud a través de diferentes culturas. Conflictos específicos, implicaciones varias y potencialidades resultantes de su trabajo favorecen desafiantes cuestiones estéticas para el trabajo del investigador.
En el resultado final de su trabajo de traducción, Amorim demuestra cuán racialmente cargadas son varias expresiones brasileñas y, más aún, cuán diversa es la construcción de la negritud en Estados Unidos y en Brasil. En la medida en que Muller busca en su poesía caminar hacia un locus que va más allá de dimensiones unívocas y estáticas de raza, la lectura de brasileños evidenciará siempre su propia visión de raza, dejando claros los principios del ya tan estudiado «mito de la democracia racial».
Es sobre esta base que los Estudios de la Traducción han sido reconocidos como parte y, al mismo tiempo, instrumento de la Literatura Comparada, en la medida en que la traducción no solo permite la comprensión de las variadas reconstrucciones del «otro» a través de lenguas y culturas, sino que también nos da las condiciones necesarias para visualizar cómo la propia traducción puede presentar nuevas posibilidades de interpretación que pueden afectar la forma en que los lectores de la cultura meta
evalúan no solo una obra específica de literatura extranjera, sino, en última instancia, también su propia literatura. Cuestiones consideradas invisibles que, a partir de la traducción, se vuelven explícitas y evidentemente visibles. O, en palabras del autor:
As such, the (in)visible “shop window” of translation makes possible reflections on the inside (“blackness in Brazil”, for example) as well as on the outside (“blackness in the United States”) in such ways that blackness exists on both sides of the pane of glass: it is at the same time both one and, unexpectedly, the other[2] (Amorim, 2010: 147).
Tratándose del asunto en cuestión, también es interesante pensar cómo las omisiones, introducciones y notas al pie informales pueden afectar la comprensión en la lengua meta. ¿Estos elementos son herramientas que ayudan al lector de la traducción a acercarse a la experiencia original? ¿O son paliativos que el traductor encuentra como solución a obstáculos enfrentados durante el proceso de traducción? No es posible negar que el uso de esos artificios es una práctica bastante extendida cuando hablamos de traducciones. Hay traductores que prefieren insertar una breve explicación en la frase o párrafo, en vez de utilizar notas al pie; y están aquellos que prefieren las notas al pie, como forma de acercarse más al original. De una manera u otra, lo que esto demuestra es la activa participación del traductor en el proceso de acercar al lector de la lengua meta a la experiencia que los lectores
Notas
2 Como tal, la (in)visible «vidriera» de la traducción posibilita tanto reflejos desde dentro («la negritud en Brasil», por ejemplo) como desde fuera («la negritud en Estados Unidos»), de tal forma que la negritud existe en los dos lados del vidrio: ella es al mismo tiempo tanto uno como, inesperadamente, el otro. [Traducción del portugués propuesta por Pontis.]
del original vivenciaron.
Hechos como estos y otros que atentan siempre contra las relaciones entre «traducción y poder» están presentes en el ya citado Translation, Resistance, Activism, organizado por la investigadora Maria Tymoczko (2010), también profesora de la University of Massachusetts, Amherst. Fue ella junto con Edwin Gentzler —los dos principales exponentes de aquella institución— la organizadora de la obra de referencia Translation and Power, en el año 2002, obra en la que sus ensayistas claramente afirmaban no considerar la traducción como una actividad que ocurre en un espacio neutro, y sí en situaciones sociales y políticas concretas, teniendo como artífices a partes con intereses claros tanto en la producción como en la recepción de los textos más allá de las fronteras lingüísticas y culturales, introduciendo definitivamente la cuestión del «poder» en las discusiones de este orden en los Estudios de la Traducción.
Traducir, con todas las tensiones que ello involucra, es hoy una actividad vista de forma absolutamente diferente a cómo era algunos años atrás. Los conflictos globales, las reflexiones teóricas que forzosamente fueron apareciendo hicieron de esta reescritura algo potente y pujante en el mundo contemporáneo. En lo que respecta a los textos afrodescendientes, insertos en toda la dinámica de esa discusión en la actualidad, no podría ser diferente.
La traducción es fruto, pero también alimenta, renueva y prolonga la vida del texto traducido. Textos que se van superponiendo y formando un gran mosaico, en el cual cada pieza complementa a otra (Blume, 2013: 8).
La traducción de textos afrodescendientes sigue presentando grandes desafíos
para los traductores que de ella se ocupan. Sin embargo, con las reflexiones del presente, muchos caminos se abren. Y, con ellas, los grandes mosaicos africanos, los colores vivos, siguen esperando nuevas y relevantes piezas.
Referencias bibliográficas
ALVA, Rodrigo y SALGUEIRO, Maria Aparecida Andrade (2010). Zora Neale Hurston And Their Eyes Were Watching God: The Construction of an African-American Female Identity and the Translation Turn in Brazilian Portuguese. Lexington, KY: Lambert Academic Publishing.
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Maria Aparecida Ferreira de Andrade Salgueiro es investigadora y docente del Sector de Literatura y Cultura Norteamericanas del Departamento de Letras Anglo-Germánicas de la Universidade do Estado do Rio de Janeiro, con actuación tanto en el grado como en el posgrado, en el que orienta a maestrandos y doctorandos. Es doctora en Letras por la Universidade Federal Fluminense y posee un posdoctorado en la Universidad de Londres con beca del Conselho Nacional de Desenvolvimento Científico e Tecnológico (CNPq). Además de actuar como investigadora en el área de Letras, con especial interés en las literaturas afroestadounidense, afrobrasileña y de los afrodescendientes, literatura comparada y traducción intercultural, es coordinadora del Escritório Modelo de Tradução Ana Cristina César, responsable de un grupo de investigación sobre Traducción, Mediación de Culturas y Estudios Interculturales y organizadora de convenios internacionales orientados a productos de avance institucional. Ha recibido varios premios y homenajes.