Voy a contar exactamente cómo sucedió Luiza Silva Él no consideró que fuera un negocio, no habló de p...
Luiza Silva
Él no consideró que fuera un negocio, no habló de precios, no quiso escuchar cómo serían las reglas. Llegó tomando posesión, agarrando lo que no debía, invadiendo lugares muy caros para ser tocados. Todo tiene su precio, eso lo aprendí desde el comienzo. Apoyarse aquí cuesta tanto, más abajo, un poco más, de frente, de espaldas, en fin, todo un detalle necesario antes de todo comienzo. Este fulano llegó agarrando todo.
Yo todavía no le había explicado nada. Tengo una prueba a mi favor: el contrato que hice sola, hace bastante tiempo, enseguida que empecé en esta actividad, y que les muestro a todos. Está acá, siempre tengo una copia conmigo. Incluso, tiene cláusulas para cuando son mujeres o parejas héteros u homosexuales. Todo para que nunca pasara lo que pasó hoy. Y, para que usted vea que ese documento es serio, en el mismo cajón en el que está guardado, tengo un revólver cargado y amartillado, y un cuchillo bien afilado. Todas esas cosas bien arregladitas, una al lado de la otra, en el orden exacto para usarlas si fuera necesario.
Luiza Silva
Ele não considerou ser um negócio, não falou em preço, não quis ouvir como seriam as regras. Chegou tomando posse, agarrando onde não deveria, invadindo lugares bem caros para serem tocados. Tudo tem seu preço, isso aprendi muito cedo. Encostar aqui custa tanto, mais para baixo um pouco mais, de frente, pelas costas, enfim, todo um detalhamento necessário antes de qualquer começo. Esse fulano já veio pegando tudo.
Eu ainda não tinha lhe explicado nada. Tenho uma prova a meu favor: o contrato que fiz sozinha, há bastante tempo, logo que iniciei nessa atividade, e que mostro para todos. Está aqui, tenho sempre uma cópia comigo. Inclusive, tem cláusulas para quando forem mulheres ou casais héteros, ou homossexuais. Tudo para que nunca acontecesse o que se deu hoje. E, para que o senhor veja que esse documento é sério, na mesma gaveta em que ele está guardado, tenho um revólver carregado engatilhado e uma faca bem afiada. Todas essas coisas bem arrumadinhas, uma ao lado da outra, na ordem exata para serem usadas quando necessário.
Como ya dije, él no me dio tiempo para decirle hasta dónde podía ir, no debería haber usado sus manos en aquella voluptuosidad, empezando justamente por los lugares más caros. Su billetera estaba casi vacía. Nadie entra sin plata a mi apartamento. Y no se aceptan tarjetas ni cheques. Mi primer acto, aún en la puerta, es pedirle que abra la billetera. Si tiene dinero, entra. Si no, ni siquiera pone un pie adentro. Después, leo el contrato. Son pocas cláusulas, le doy especial importancia a la lista de precios. Está bien detallada, para no dejar lugar a dudas. Este intruso no esperó, me fue agarrando los muslos, las manos iban subiendo rápido. Se pensó que era una prostituta cualquiera. Hago todo en ese orden, como ya dije, justamente para evitar lo que sucedió hoy. Sabe, señor comisario, estoy orgullosa de no ser una cualquiera, a fin de cuentas, hasta estudié contabilidad. Antes de que usted me haga más preguntas, preciso aclarar cuán planificada es mi vida, todo para que no quede ninguna duda de que toda la culpa fue de ese tipo.
Traducción de Manuela Pequera.
Como já disse, ele não me deu tempo pra dizer até onde poderia ir, não deveria ter usado suas mãos naquela volúpia, começando logo pelos lugares mais caros. Sua carteira estava quase vazia. Ninguém entra sem dinheiro no meu apartamento. E não serve cartão ou cheque. Meu primeiro ato, ainda na porta, é pedir que abra a carteira. Se tem dinheiro, entra. Se não, sequer coloca o pé pra dentro. Depois, leio o contrato. São poucas as cláusulas, dou especial atenção à tabela de preços. Ela está bem explicada, pra não deixar dúvidas. Esse intruso não esperou, foi agarrando na minha coxa, a mão subindo rápida. Pensou que eu fosse uma prostituta qualquer. Faço tudo nessa ordem, como já disse, pra exatamente evitar o que aconteceu hoje. Sabe, seu delegado, eu tenho orgulho de não ser uma qualquer, afinal até estudei contabilidade. Antes de o senhor me fazer mais perguntas, preciso esclarecer o quanto minha vida é planejada, tudo pra que não fique dúvida alguma que a culpa toda foi desse qualquer.
Leonardo Pereira
El hijo del tío Chico vino de São Paulo, pero con una valija pequeña, porque en realidad no quería venir. Maurício era su nombre y era totalmente diferente: alto, flaco, pero flaco con carne, ni parecía que había nacido acá. Al principio no creí que fuera hijo del tío. Hijo de verdad. El tío era gordo, medio que sin forma, siempre con olor a cigarro y grasa, se me pegaba todo a mí.
A Ligeiro también le pareció raro Maurício. Ni siquiera quería despegarse del tío, pero el comisario lo forzó y lo llevó. Enseguida de haber sido adoptado por el tío, Ligeiro entendió que el comisario es quien puede tironearnos y empujarnos. Debe ser porque los monos también son de hacer eso, siempre hay uno de ellos que se puede hacer el vivo con los demás. Dicen que sí.
Como no era de acá, había un montón de gente preocupada con Ligeiro. Enseguida de que el tío murió, la casa se llenó de visitas. Gente de uniforme, gente de lejos, el cura, de nuevo el comisario, todo el mundo quería saber qué hacer con el pobrecito. Había hasta gente feliz, gente mala, que solo esperaba que el tío se fuera para liquidarlo.
Leonardo Pereira
O filho do Tio Chico veio de São Paulo, mas com uma mala pequena, porque de verdade não queria vir. Maurício era o nome dele e era todo diferente: alto, magro, só que magro com carne, nem parecia que tinha nascido aqui. Primeiro não achei que fosse filho do tio. Filho de verdade. O tio era gordo, meio sem forma, sempre cheirando a cigarro e banha, ficava tudo em mim.
O Ligeiro também estranhou o Maurício. Nem queria sair de perto do tio, mas o delegado forçou e levou. Logo que foi adotado pelo tio, o Ligeiro entendeu que o delegado é quem pode puxar e empurrar a gente. Deve ser porque macaco é disso também, sempre tem um deles que pode se passar com todos. Dizem que sim.
Como não era daqui, tinha um monte de gente preocupada com o Ligeiro. Logo que o tio morreu, a casa encheu de visita. Era gente de uniforme, gente de longe, era o padre, era de novo o delegado, todo o mundo queria saber o que fazer com o coitadinho. Tinha até gente feliz, gente ruim, que só esperava o tio se ir para dar fim nele.
Lo trataban de bicho, hablaban mal, decían que estaba mal que viviera acá, hasta casi hablaban mal del tío, que no debería haber cuidado a un mono por tanto tiempo. No decían todo porque no se puede, recién se había ido con Dios.
Yo tenía que quedarme en la comisaría, usted sabrá, siempre con una mujer a mi lado. Ella era como usted. Es decir, no como usted, que no es fea, pero, así, que tiene que cuidar a los demás. Yo nunca había visto a aquella mujer. Y me quedaba tratando de entender cómo. Ella no era de São Paulo. Tiré incluso que fuese de Porto Velho. Era más oscura que yo, huesos que le salían por todos lados. No era flaca, era dura. Solo con mirarme, no le caí bien, pero tenía que quedarse conmigo, incluso cuando estaba solo el cura. Aquella vez tampoco podía quedarme sola con ningún hombre, después de todo aquel tiempo solo yo, Ligeiro y el tío, todo el mundo sabiéndolo.
Después de que Maurício vio a Ligeiro, vino a conocerme. El paulista me miraba de lejos. Hasta cuando se acercó estaba lejos, teniendo cuidado con la huesuda al lado mío. Nadie actuaba normal por culpa de ella, vio cómo es.
Maurício empezó a hablar conmigo como si fuese una niña. Yo, que nunca lo fui.
Chamavam de bicho, falavam mal, que era errado viver aqui, até quase falavam mal do tio, que não devia ter cuidado de um macaco por tanto tempo. Só não falavam tudo porque não pode, recém tinha ido pra Deus.
Eu tinha que ficar na delegacia, a senhora sabe, com uma mulher sempre do meu lado. Ela era como a senhora. Quer dizer, não como a senhora, que não é feia, mas, assim, que tem que cuidar da gente. Eu nunca tinha visto aquela mulher. E ficava tentando entender como. Ela não era de São Paulo. Chutei mesmo que fosse de Porto Velho. Era mais escura que eu, osso saindo por todos os lados. Não era magra, era dura. Só de olhar, não gostou de mim, mas tinha que ficar comigo, mesmo quando estava só o padre. Aquela vez também eu não podia ficar sozinha com homem nenhum, depois de todo aquele tempo só eu, o Ligeiro e o tio, todo o mundo sabendo.
Depois que o Maurício viu o Ligeiro, veio me conhecer. O paulista me olhava de longe. Até quando chegou perto estava longe, cuidando a ossuda do meu lado. Ninguém agia direito por causa dela, sabe como é.
O Maurício começou a falar comigo como se eu fosse criança. Eu, que nunca fui.
También dijo que Ligeiro era de él ahora, lo dijo triste, irritado por dentro. Recibía a Ligeiro de su padre, decía:
—Solo a Ligeiro.
Como si fuese malo. El tío me había dejado también. ¿Y yo de quién era, entonces? No había papeleo que lo dijese.
Yo no pregunté, pero Maurício garantizó que aquella mujer me iba a cuidar. Sentí ganas de reírme, pero a la vez no. Dijeron que ella iba a encontrarme un buen lugar, un hogar para mí. Hice como el tío me había mandado, grité que no, protesté, recurrí al comisario. Me dijo que me portara bien, pero nadie escucha a una muchacha que se porta bien, solo el tío. La huesuda se cansó de mí, elk padre y el comisario tenían otras cosas que hacer, ese Maurício no sabía ni abrir la boca entre nosotros. Le insistieron que firmase una hoja, no se aguantó mucho, listo. La huesuda salió diciendo que la necesitaban en Porto Velho, que solo contaban con ella, que era un asunto importante.
Volvimos para casa con Maurício. ¡Me puse tan feliz de volver a ver a Ligeiro! Maurício fue muy atento conmigo, incluso sin la huesuda por allí.
Também falou que o Ligeiro era dele agora, disse isso triste, irritado por dentro. Recebia o Ligeiro do pai, dizia:
— Só o Ligeiro.
Como se fosse ruim. O tio tinha me deixado também. E eu era de quem, então? Não tinha papelada pra dizer.
Eu não perguntei, mas o Maurício garantiu que aquela mulher ia cuidar de mim. Eu senti vontade de rir, mas também não. Disseram que ela ia me achar um lugar bom, um lar pra mim. Fiz que nem o tio tinha mandado, gritei que não, reclamei, apelei pro delegado. Ele disse pra eu me comportar, mas ninguém escuta menina comportada, só o tio. A ossuda cansou de mim, o padre e o delegado tinham mais o que fazer, esse Maurício não sabia nem abrir a boca no meio da gente. Insistiram que assinasse uma folha, ele não aguentou muito, pronto. A ossuda saiu falando que precisavam dela em Porto Velho, que só contavam com ela, que tinha assunto importante.
Voltamos pra casa com o Maurício. Fiquei tão feliz de ver o Ligeiro de novo! O Maurício foi cheio de cuidado comigo, mesmo sem a ossuda ali.
Comimos, que era lo primero que todos queríamos. Dije que yo lavaba los platos. Siempre era mi obligación, pero esta vez quería hacerlo. Él me dejó, medio perplejo.
Maurício era hasta gracioso, y pensé que iba a estar bueno seguir así. Solo que, aquella tarde, otro paulista, nacido allá, llegó sin valijas. Era amigo de Maurício. Vino con un montón de problemas, quejándose de todo, discutiendo sobre amistad y negocios. Lo principal era que quería pedir disculpas, porque se había juntado con la mujer de Maurício. O ella lo había dejado primero, no sé. No querían que yo escuchara, porque el tema era que uno se cogía a la mujer del otro, como si no lo supiera todo el mundo ya. El tal amigo venía todo preocupado, pero ni era necesario, que los hombres se estiman mucho, mucho más de lo que estiman a las mujeres. Resolví salir con Ligeiro, que es amigo de verdad, y aprovechar el aguacero que iba a caer.
No me contaron, pero lo entendí, fue en esa charla que Maurício vio que necesitaba volver. Dijo que nunca perteneció a aquello y dio un montón de excusas más. Volvió a asustarme con la huesuda. Le pedí que no, con desesperación y con astucia, y a él le dio pena. Iba a hablar con el cura.
A gente comeu, que era a primeira coisa que todo o mundo queria. Eu pedi pra lavar a louça. Era sempre minha obrigação, mas dessa vez eu queria. Ele deixou, meio atrapalhado.
O Maurício era até engraçado, e achei que ia ser legal seguir assim. Só que, naquela tarde, outro paulista, nascido lá, chegou sem mala. Era amigo do Maurício. Veio com um monte de problema, reclamação de tudo que era assunto, discutindo amizade e negócio. O principal era que queria pedir desculpa, porque tinha se juntado com a mulher do Maurício. Ou ela tinha largado ele primeiro, não sei. Não queriam que eu ouvisse, porque era caso de um comer a mulher do outro, como se não ficasse todo o mundo sabendo disso em qualquer lugar. O tal amigo vinha todo preocupado, mas nem precisava, que homem se gosta muito, muito mais do que gosta de mulher. Resolvi sair com o Ligeiro, que é amigo de verdade, e aproveitar a pancada que ia cair.
Não me contaram, mas eu entendi, foi nessa conversa que o Maurício viu que precisava voltar. Falou que nunca pertenceu àquilo ali e mais um monte de desculpa. Voltou a me assustar com a ossuda. Pedi que não, com desespero e com jeitinho, e ele ficou com pena. Ia falar com o padre.
Pero, para Ligeiro, no quedaba otra. Iban a mandarlo a vivir con otros como él. Yo quise ir también, pensé que era allí en el monte, pero era allá lejos, donde es mejor.
Lloré mucho, lloré demasiado. Otras veces ya había llorado bastante, y se me pasaba, pero esta vez el llanto no se terminaba y, aunque yo parara, el llanto no paraba en mí.
Fue por eso que huí. Le di un chau profundo a Ligeiro y desaparecí. Corrí mucho, el suelo era poco para mí. Encontré la cascada, me saqué la sed en la plantación de don Julio. No dejé que me vieran, iba a seguir para Pimenta Bueno, hasta Porto Velho si tuviera que. Juro que podía correr hasta allá.
El comisario me encontró con frío y toda cortada, unos días después. Me llevé un gran susto, yo no había hablado más con nadie. Él no discutió conmigo, ni me habló de orfanatos ni de encontrarme un papá y una mamá, pero también venía enojado, que había tenido que ir a buscarme. Era para llevarme al aeropuerto, sacarme una foto con Ligeiro, y el comisario también tenía que aparecer saludando. Tele, guardias, el cura y hasta políticos dándose la mano. Devolvían a Ligeiro a su casa, decían, mientras lo mandaban lejos de mí.
Mas, pro Ligeiro, não tinha jeito. Iam mandar pra viver com outros que nem ele. Eu quis ir também, achei que era ali na mata, mas era lá longe, onde é melhor.
Eu chorei muito, chorei demais. Outras vezes eu já tinha chorado bastante, e passava, mas dessa vez o choro não terminava, e, mesmo que eu parasse, o choro não parava em mim.
Foi por isso que fugi. Dei um tchau fundo no Ligeiro e sumi. Corri muito, o chão era pouco pra mim. Achei a cascata, matei a sede na plantação do Seu Júlio. Não deixei me ver, ia seguir pra Pimenta Bueno, até Porto Velho se fosse. Eu juro que podia correr até lá.
O delegado me achou com frio e toda cortada, uns dias depois. Eu tomei um susto grande, eu não tinha mais falado com gente. Ele não discutiu comigo, nem falou em casa de criança ou achar pai e mãe pra mim, mas também vinha brabo, que tinha tido que ir me buscar. Era pra me levar pro aeroporto, tirar foto com o Ligeiro, e o delegado também tinha que aparecer dando tchau. Era TV, guarda, o padre e até político apertando mão. Devolviam o Ligeiro pra casa, eles diziam, enquanto mandavam pra longe de mim.
Maurício también se fue para la casa, la gente de la tele también. Yo me quedé. Yo y el comisario. Él empezó a decirme que ya me había encontrado en el monte, ahora me iba a dar comida. Él me iba a cuidar, como el tío. Yo solo tenía que portarme bien, estar tranquila y ser agradecida, entender cuál era mi lugar. Me preguntó si yo quería, llevándome del hombro. Yo fui.
Traducción de Verónica Machado.
Maurício também foi pra casa, gente da TV também. Eu fiquei. Eu e o delegado. Ele começou me falando que já tinha me achado no mato, agora ia me dar comida. Ele ia cuidar de mim, que nem tio. Eu só precisava me comportar, ficar quieta e agradecida, saber meu lugar. Disse se eu queria, me levando pelo ombro. Eu fui.